miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi experiencia es ...

ESTA ES UNA DE LAS TANTAS EXPERIENCIAS QUE NOS LLEGAN POR MAIL ...


"Me encanta ser parte de ustedes. El aporte que realizan mediante la revista es muy enriquecedor. Les cuento que trabajo en un jardincito rural a 45 Km de Salto. Tengo alumnos que van a caballo con sus hermanitos de EP. En total de alumnos entre EP y jardin son 14. Estoy feliz con el lugar que elegí!!! La revista me sirve de gran apoyo y los nenes quedan fascinados con las ilustraciones. Gracias por pensar en nosotros!!!"


AHORA TE TOCA A VOS... DEJANOS TU EXPERIENCIA Y COMENTARIOS Y EMPEZÁ A FORMAR PARTE DEL CLUB






viernes, 23 de mayo de 2008

Jugando con sombreros y pañuelos

¡¡Actividades para deambuladores!!

Por Graciela Orlietti

El juego, en estas edades, es fundamental para el desarrollo de diferentes capacidades en los niños, no sólo enriquecer su capacidad lúdica, sino también el juego como una actividad que favorecerá la descarga de emociones, el desarrollo de la fantasía y la formación social y artística de los niños, a través del cual podrá manifestar su personalidad, revelar sus preferencias e integrarse mucho más al grupo de pares. La elección, de sombreros y pañuelos, nos servirá como recurso para estimular todas estas capacidades. El ocultarse, descubrir el modo de manipular los objetos en las diferentes partes del cuerpo y el observarse a través de un espejo, harán de la actividad un momento sumamente enriquecedor.

Contenidos

Área Socioafectiva

• Establecimiento de interacciones sociales a través del juego con sus compañeros.
Área cognitiva
• Discriminación corporal a través del accionar con los objetos y con el propio cuerpo.
• Expresión de sensaciones y de movimientos corporales.

Área Psicomotora

• Desarrollo progresivo de coordinaciones manipulativas para el movimiento voluntario de las manos y en adecuación con las características de los objetos.

Actividades propuestas y estrategias docentes
• Me pondré un sombrero en la cabeza y entraré a la sala de manera que llame la atención de los niños.
• A través de una canción, reuniré a los niños sentados en el piso.
• Cantaré la canción "Pin pico tero, me saco el sombrero…", a modo de comenzar a jugar con el sombrero, colocándoselo en la cabeza de cada uno de ellos a medida que les toque.
• Presentación de los sombreros: en forma de regalo sorpresa, comenzaré a sacar de una caja sorpresa los sombreros de diferentes formas: gorro, sombrero, boina y se los empezaré a dar a cada uno de ellos, estimulándolos a que cada uno se lo ponga en la cabeza.
• Los conduciré al espejo ha modo de que vean cuál ha sido el cambio.
• Jugamos con pañuelos: reuniré al grupo sentados en la alfombra, a través una canción. Luego presentaré una lata con ranura, de la cual irán descubriendo los pañuelos. Retiraré el primero para estimularlos y que sean ellos quienes los retiren de la lata.
• Propiciaré, en un primer momento, la libre exploración.
• Luego propondré diferentes acciones con los pañuelos, que permitan el reconocimiento de las partes del cuerpo: nos tapamos la cabeza, las manos, los llevamos a pasear en un pie.
• En otra oportunidad, presentaré la lata, pero con los pañuelos atados unos con otros, de modo que al ir retirándolos quede una larga soga con los pañuelos extendidos como si fueran puertitas. Ataré sus extremos y los estimularé a que pasen a través de ellos.
• Para finalizar, presentaré los sombreros y los pañuelos a la vez en un canasto.

Recursos
• Canciones.
• Caja "sorpresera".
• Sombreros varios: de tela, bonetes, boinas, de goma espuma, con formas, de cotillón, gorras, etc.
• Espejo.
• Pañuelos varios: de diferentes colores y tamaños.
• Lata de pañuelos.
Como en todas las propuestas, nuestra imaginación y capacidad creadora como docentes nos permitirá el enriquecer las actividades presentadas. No olvidarse de trabajar, además, las texturas de los pañuelos, las transparencias, los colores y demás características que ayudarán a la exploración de estos nuevos materiales.

El verdadero sentido de los límites

Por Lic. María Laura Muzzalupo y Lic. Luciana Merkt


El docente, al recuperar el verdadero sentido de lo que el límite es y supone, posibilitará su genuina transmisión en los niños, durante el transcurso del proceso de enseñanza – aprendizaje. Invitamos al lector a imaginarse una situación práctica como la siguiente:
Imagínese un viajante que comienza a transitar solo por una larga ruta, cuyo final es desconocido para él. Para caminar sólo cuenta con sus piernas; nada ni nadie lo acompaña en el trayecto. Al costado del camino, no hay señalización alguna que indique de qué manera y por dónde llegar a destino. No hay carteles que lo guíen; el paisaje que observa es desierto, compuesto de árboles, pasto, el sol y la luna.
El viajante continúa caminando…
¿Qué sensación le despierta imaginarse andando en una ruta desconocida y sin rumbo aparente?
El niño es traído al mundo por otros, y así deberá empezar a caminar un largo recorrido: su crecimiento. Al igual que el viajante que recorre un paisaje desconocido, el niño transitará su desarrollo evolutivo cargado de vivencias nuevas y, por lo tanto, desconocidas por él, generadoras de múltiples sensaciones, tales como: placer, angustia, desconcierto, etc.

¿Qué es lo que orienta a este niño-viajante en su caminar?
Volviendo al ejemplo de la ruta, para llegar al destino, es necesario que algo funcione como guía, y, en este caso, serán los carteles señalizadores a orillas del trayecto los que indicarán por dónde seguir. Su función será no sólo ofrecer rumbos alternativos posibles, sino también prevenir posibles riesgos, prohibiendo otros.
Los límites son, al crecimiento y al aprendizaje del niño, como los carteles a la ruta del viajante. El límite es la transmisión de una prohibición de algo que no se debe o no se puede hacer, pero que, al mismo tiempo que sanciona, abre otras opciones, a las cuales sí se permite acceder. El límite es un "no", pero también es un "sí", y quizás sea esto lo que resulte difícil de transmitir. Para que dicha ambivalencia no se torne problemática, a la hora de poner los límites, es necesario tener en cuenta dos características inherentes a los mismos.

El límite debe ser:
• Determinante: porque debe estar acompañado siempre de un argumento o explicación ("esto no se puede por esto"), que evite caer en el autoritarismo del "no porque no". Este último es generador de angustia en el niño, puesto que lo paraliza frente a una prohibición que no le abre alternativas posibles a su conducta. En el ejemplo del comienzo, es como si el viajante se hallara frente a una señal que le impide el paso, pero no encuentra otras indicaciones. ¿Puede dirigirse hacia algún lugar, o se ve obligado a detenerse sin saber adónde ir?
En los niños, la angustia se manifiesta como rebeldía frente a la autoridad del docente, cuando éste impone un límite que "castiga" y prohíbe sin dar ninguna otra opción. "No porque no" anula la ambivalencia como característica fundamental de la norma, produciendo un estado de estancamiento frente al cual el niño se intenta rebelar, originándose un círculo vicioso: al "no porque no" del maestro, el alumno responde "sí porque sí", y así indefinidamente.
• Claro y coherente: el límite debe ser comprensible para las posibilidades intelectuales del niño. El docente deberá utilizar, como herramienta de fundamentación, palabras y frases, cuyo contenido sea coherente y lógico con las reglas disciplinarias que rigen la dinámica interaccional dentro del aula. En la medida en que la norma sea clara y entendible, es orientadora en lo desconocido que resulta el pasaje por las diferentes etapas de crecimiento.
Las pautas transmitidas, al ser orientadoras, permiten enmarcar y contener la energía utilizada por el niño, para llevar a cabo una de las actividades psíquicas fundamentales: la exploración del mundo circundante.
Una de las funciones vitales del aparato psíquico es comenzar a conocer y dar sentido a lo que resulta, en un primer momento, indescifrable.

Para llegar a ese conocimiento, se requiere investigar aquello que rodea al niño. La ansiedad que origina ese proceso lo lleva a no tomar conciencia de los riesgos, limitaciones, posibilidades e imposibilidades inherentes al medio. Será otro adulto (padres, maestros) aquél que deberá transmitir el marco que funcione como contención a dicho desborde de energía. Los límites jugarán aquí un papel fundamental, en tanto no sean producto del "capricho" adulto, sino en tanto se constituyan en la posibilidad de apertura a nuevas alternativas.
¿Cómo se observa esto en el aula? Tomemos un ejemplo.
Sabemos que es constante la utilización de "malas palabras" y expresiones que aluden a lo sexual, a la manera de insultos e injurias entre los compañeros de curso. Frente a esto, el maestro se ve en la obligación de impartir una prohibición a tal desborde, por ejemplo, apartando al niño del aula o, en un caso más grave, haciéndole firmar un acta al modo de sanción disciplinaria.
El uso de este lenguaje "obsceno" es manifestación de la angustia y de la ansiedad que despierta en el niño el desconocimiento de lo sexual, propio de su etapa evolutiva. El "no" que todo límite comporta se refleja en dicha sanción; no obstante, es importante que sea sucedido por la apertura de un espacio de diálogo, en el cual lo desconocido pueda ser explicado y, así, cobrar un sentido para el niño.
Es este espacio, junto con las estrategias que el docente emplee, el que brindará un marco de contención al desborde que el no saber genera. Ahora bien, pensando en la actualidad que nos atraviesa dentro del aula: ¿de qué hablamos cuando le pedimos al maestro autoridad para poner límites?
El grupo social primario es la familia. De allí parten valores, creencias, permisos, prohibiciones, ideologías, costumbres, etc., que definen la estructura psíquica familiar y funcionan a la manera de herramientas, de las que se apoderará el niño para investigar y conocer el mundo. Los padres son quienes tienen la responsabilidad de transmitir las primeras pautas de convivencia. Son estas últimas, en la medida en que son interiorizadas por el niño, las que posibilitan el pasaje de un grupo endogámico (la familia) a la escuela, como primer grupo exogámico. La función del docente no debería ser la creación de estos límites, sino la promoción de un ámbito donde las diferentes pautas convivan armónicamente y adquieran complejidad.
El encuentro de la diversidad que dichas normas implican es generador de conflictos entre los niños. Estos conflictos ejercerán influencia en la dinámica interaccional dentro del aula. Es esperable que el maestro, a través de diferentes estrategias pedagógicas, pueda darle un cauce al entrecruzamiento de dichas pautas. Pero encauzar y crear no son sinónimos.
En la actualidad, la escuela se enfrenta a un marcado déficit en la transmisión de valores y de normas dentro de la familia. Como consecuencia, los padres tienden a relegar dicha función en la figura y autoridad del educador.
De modo que este último se encuentra "sin límites" que definan su verdadero rol, el cual se ve desbordado porque no sólo debe hacerse responsable por guiar el proceso de enseñanza – aprendizaje, sino que también debe hacerse cargo de suplir una función parental, que no le debería ser propia, pero lo es.

Una de las funciones vitales del aparato psíquico es comenzar a conocer y dar sentido a lo que resulta, en un primer momento, indescifrable

Es importante que el docente pueda reconocer sus propios límites, para enmarcar su rol en la institución escolar. Para no quedar en la posición del viajero que camina en la ruta sin señalización, es necesario que realice un trabajo interdisciplinario para abordar esta problemática. Como se ha dicho en los párrafos anteriores, el límite comporta opciones. Frente al "no poder" de lo que, en realidad, no le corresponde, el maestro debería poder hacer uso de un abanico de posibilidades: entre ellas, el contacto y el trabajo directo con el EOE, el armado conjunto de talleres preventivos – promocionales, dirigidos a toda la comunidad educativa, en los cuales se pueda discutir esta temática y, finalmente, consultar al profesional correspondiente cuando la situación lo requiera. Para concluir, es a partir de aceptar los propios límites que se es capaz de transmitirlos a otros. En la medida en que la escuela reconozca hasta dónde debe intervenir, es que podrá señalarle al alumno hasta dónde puede actuar.

Juegoteca en el Jardín Maternal


¡¡A jugar se ha dicho!!



Por Graciela Orlietti

Jugar es la actividad más importante para los niños, jugando aprenden y se interesan por nuevas cosas, utilizan sus sentidos, ponen a prueba su imaginación, descubren que hay un otro y aprenden a relacionarse con los demás.






La cantidad y calidad de los estímulos sensoriales que los niños reciben en los primeros años de vida determinan en gran medida las características de su personalidad y de su inteligencia. Los niños tienen la necesidad de explorar, inventar, crear, probar sus propias habilidades, exhibirse. Para lograr todo esto, ellos necesitan de juguetes.Con los juguetes los pequeños aprenden por primera vez a ser creativos y empiezan a desarrollar su habilidad para cambiar el futuro. Los juguetes permiten que los niños comprendan que el mundo es un lugar lleno de posibilidades y que estos simbolizan las oportunidades de expandir la creatividad del hombre.Juego y juguete participan a la vez en la estructuración del yo y en el aprendizaje de la existencia, ambos favorecen el desarrollo integral de los niños estimulando su cuerpo, su inteligencia, su afectividad, creatividad y sensibilidad.
El armado de una juegoteca le ofrecerá al niño un espacio especialmente pensado para él, a través del cual podrá desarrollar íntegramente su personalidad a través del juego y del contacto con los juguetes.
La misma será rica en cuanto podrá ofrecer a los niños diferentes elementos y materiales tales como juguetes, material lúdico y espacios de juego, así como las orientaciones, ayudas y compañías que requieran para jugar.
Pero no sólo de favorecer el juego se trata sino que el armado de este espacio de juego tiene su fundamento puesto en dificultades propias de varios jardines maternales.

Juego y juguete participan a la vez en la estructuración del yo y en el aprendizaje de la existencia, ambos favorecen el desarrollo integral de los niños (...)

Muchas veces ocurre que los papás delegan en el jardín maternal sus funciones como padres y este espacio de juego queda olvidado en el ámbito familiar. Es por ello que el carácter que queremos darle a esta "juegoteca" es la de llevar a casa este juego o juguete, que no sólo permita desarrollar diferentes habilidades en los niños, sino que además sea una actividad que propicie el contacto con los padres favoreciendo y estimulando el vínculo en todo momento.

Objetivos de la Juegoteca
- Posibilitar a los niños el acceso al mundo de la actividad lúdica y el juego.
- Favorecer y estimular en todo momento el vínculo con la familia.
- Crear un espacio de integración de la familia a la institución educativa.

Contenidos
- Reconocimiento y relación afectiva con los padres.
- Establecimiento de interacciones sociales a través del juego.

Estrategias
- Disposición del ambiente y los materiales necesarios para el armado conjunto de la juegoteca.
- Presentación de situaciones de juego en las cuales estimularemos a los papás a participar activamente de manera corporal y lúdica.
- Armado de los juguetes: se reunirá a los papás interesados en el proyecto. Como técnica de integración se armarán en el S.U.M. sectores de juego con juguetes y juegos, y de sus épocas (datos obtenidos de la invitación realizada). Se les dará de 15 a 20 minutos de juego y finalizado el mismo se hará una puesta en común de lo vivido.

Se dispondrán previamente sectores de armado de juguetes con sus materiales respectivos. Cada una de las docentes explicará el modo de confección de los mismos y ayudará a los papás en todo momento. Finalizados los juguetes, se dispondrá de un espacio para el armado de la juegoteca clasificando los juguetes acorde a su edad evolutiva. Al finalizar la actividad con los padres se les entregará este cuento que recopila aquellos juegos que nos trae los recuerdos de la infancia.

viernes, 28 de marzo de 2008

Abuso Sexual Infantil

Por Lic. Ma. laura Muzzalupo y Lic.Luciana Merkt


Recordemos que el niño es utilizado como medio para la satisfacción sexual del abusador. Para ello es colocado por éste en un papel sexual adulto. Así, por ejemplo, un padre actuará con su hija como si ésta fuera su esposa








Entendemos por abuso sexual infantil a toda situación de violencia sexual, ejercida por un adulto hacia un niño menor de dieciocho años, en condición de indefensión. En dicho contexto de maltrato, el único y principal propósito del abusador es su propia gratificación sexual. Esta situación es de mayor gravedad si se tiene en consideración que el niño deposita su plena confianza en aquél.
Un aspecto muy importante a destacar en este escenario, es la condición de poder que ejerce el adulto sobre el niño abusado. En este sentido, es indudable que el factor fundamental que convierte al acto en abusivo es el uso de una coerción, ya sea en modo implícito o explícito.
De modo que subyace en toda situación de abuso una relación de poder-dependencia, cuya base fundamental es la confianza que el niño brinda al adulto, puesto que, en la mayoría de los casos, el abusador no resulta ser una persona extraña al niño, sino y por el contrario, un integrante de su núcleo familiar directo: en mayor índice, padres, padrastros, abuelos, hermanos o hermanastros, primos, tíos, etc., y en menos casos, madres, tías, hermanas. Desde el sentido común, suele confundirse al abuso sexual con la violación. Sin embargo, es importante destacar que ambos no son sinónimos, puesto que, mientras el primero supone una situación de carácter crónico y progresivo, la segunda puede constituir un hecho aislado, pero no por ello menos traumático.
Por otra parte, la violación implica un hecho de violencia sexual, en el cual el factor preponderante es la penetración, a través de distintos medios. El abuso sexual, si bien en ciertos casos involucra el coito entre niño y adulto, también puede presentarse bajo otras formas, tales como: el tocamiento de las partes genitales, sexo oral, manoseo del niño al adulto y a la inversa, exhibicionismo, voyeurismo (espiar a la víctima u obligarla a ser espectadora de encuentros sexuales entre adultos), juegos sexuales, expresiones verbales con alto contenido sexual dirigidas al niño, entre otras tantas.
Dentro del ámbito escolar, también pueden generarse situaciones de este tipo como, por ejemplo, alumnos que son víctimas de abuso por parte de otros niños mayores, en los baños del colegio.
Entonces, toda violación es un abuso, pero no todo abuso es una violación.
Ahora bien, como se había señalado anteriormente, el abuso sexual constituye una situación de carácter progresivo y crónico. Un hecho aislado no cumple con el requisito para ser catalogado como abuso; por el contrario, la característica fundamental es que se trata de una vivencia displacentera que se sostiene en el tiempo. En este sentido, reafirmamos que no se trata de un único acto, sino de un proceso compuesto por fases de duración variable y flexible, no estancadas.
En primer lugar, la conducta del abusador se caracteriza por poseer un cierto grado de sutileza que le es propio y, a través del cual, se irá acercando lentamente al niño. Como ejemplos de esa manera particular de proceder, podemos citar los siguientes: Irrumpir en el cuarto del niño cuando se está vistiendo y hacerse el "desentendido" en relación con ese atropello; entrar al baño mientras el niño se ducha, argumentando que necesita hacer uso del mismo; revisar la ropa interior de las niñas; querer, sospechosamente, participar del grupo de amigos, hacer participar al niño de juegos que involucran el roce de los cuerpos, como elemento principal, etc.
Todas estas intromisiones encubiertas a la intimidad del niño van acompañadas de "pseudo" demostraciones de afecto, contención y protección por parte del adulto, conductas que hacen que el niño las considere cotidianas y normales, al mismo tiempo que le brinda a su abusador su entera confianza. Esta primera fase que hemos caracterizado recibe el nombre de "Acercamiento o Seducción".
El segundo momento se caracteriza por la "Interacción Sexual" propiamente dicha, lo cual, como señalamos anteriormente, no necesariamente supone penetración. Aquí el adulto se vale de palabras y miradas que paralizan al niño, lo dominan y le generan temor, al mismo tiempo que utiliza el tacto para vulnerarlo y apropiarse de su cuerpo.
La próxima y tercera fase es la denominada "Secreto", la cual constituye una de las precondiciones del abuso, junto con la desprotección del niño. Simultáneamente al desarrollo y la puesta en acto de la fase previa, el niño es amenazado por el adulto a través de frases, tales como: "No te van a creer", "si se lo contás a mamá, no te va a querer más y te vas a quedar solo", "si se entera alguien de esto, algo malo le pasará a tu mamá y a tus hermanitos", entre otras. Como consecuencia, el niño se aferrará a mantener en secreto lo vivido, como medio de salvación frente a la amenaza de perder el amor de su familia, lo cual le resulta más intolerable que el acto abusivo en sí mismo.
La cuarta y última fase es la "Revelación", en la cual la situación de abuso es descubierta y denunciada, en la mayoría de los casos, por un tercero, pero no siempre por el propio niño. Es aquí donde la escuela debe jugar un papel importante, puesto que, a partir de lo sancionado en la Ley de Violencia Familiar, se ve obligada a denunciar toda situación de violencia, incluido el abuso de menores. Sabemos que esto no siempre es posible, pero es importante que sea tenido en consideración.
Ahora bien, estas cuatro fases que hemos caracterizado conforman el llamado "Síndrome de Acomodación del Abuso Sexual", síndrome que le permite al niño soportar vivencias de abuso reiteradas, sin que haya manifestación de indicadores psicológicos o de comportamiento que influyan negativamente en su adaptación social o en su rendimiento escolar.
No obstante, cuando este síndrome de acomodación no resulta suficiente y la situación se torna intolerable, sobrevienen estos indicadores que, anteriormente, parecían no existir.

¿Por qué el síndrome de acomodación deja de ser efectivo?
El abuso sexual produce inevitablemente un trauma que, como tal, quiebra el equilibrio psíquico y emocional del niño, necesario para su salud mental. Cuando esto sucede, surgen profundos y duraderos cambios que afectan al cuerpo, a las emociones y al comportamiento en general.
La posibilidad de que el trauma afecte dicho equilibrio reside en la imposibilidad de la víctima de poder ponerle palabras a semejante desborde emocional que dicha circunstancia displacentera genera. El trauma es una experiencia abrumadora, que impacta psicológicamente en el niño, lo deja vulnerable y sin posibilidad de controlar la situación.
Simultáneamente al quiebre de dicho síndrome, puede acontecer la revelación del abuso. En el caso de que sea el niño quien pueda hablar de lo que está atravesando, esto puede darse como consecuencia de un acto de venganza de éste hacia el abusador. Sin embargo, es importante destacar que, luego de haber revelado su situación, puede ser que el niño se retracte frente a su propia acusación y manifieste que nada de eso ha ocurrido. Subyacen en tal actitud, los temores y las amenazas que recibía cuando el adulto le exigía mantener el secreto.
Remitiéndonos ahora al ámbito escolar, ¿qué puede hacer el docente frente a la sospecha de que algún alumno es objeto de tal maltrato?
En primer lugar, es fundamental no descuidar y prestar atención a los siguientes indicadores comportamentales y psicológicos que algún niño pueda manifestar dentro del aula:
- Cambios bruscos de comportamiento: por ejemplo, el pasaje abrupto del total retraimiento a la hostilidad.
- Llanto inexplicable.
- Temores sin fundamentos que lo llevan a una dependencia extrema.
- Resistencia a regresar al hogar.
- Dificultades en el aprendizaje, como resultado de la profunda dificultad para la concentración y el sostenimiento de las tareas curriculares.
- Evitación compulsiva de los otros adultos.
- Excesivo conocimiento en relación a las características de la vida sexual, no acordes con su etapa evolutiva.
- Conductas masturbadoras compulsivas.
- Enuresis, encopresis.
- Juegos llevados a cabo por los niños mismos, o a través de muñecos con un alto contenido sexual, como, por ejemplo, representar una escena sexual entre muñecos, desvestirlos abruptamente y tocarlos con impulsividad.
Será entonces importante que, frente a dichos indicadores, los maestros y directivos de la escuela puedan ponerse en contacto con la familia del niño, a los fines de "recolectar" información más detallada acerca del lugar que ocupa éste en su contexto familiar.
Al mismo tiempo, no hay que dejar de lado que lo característico del perfil del abusador es, precisamente, que no muestra ningún indicio evidente que lo revele como tal. Por el contrario, muchas veces se trata, por ejemplo, de padres amables, preocupados por el "bienestar" y el cuidado de sus hijos, interesados por el buen rendimiento escolar, entre otras cosas, nada de lo cual lleva a pensar en él como posible abusador del niño.
En segundo lugar, frente a indicadores más firmes y evidentes, es indispensable que intervengan los profesionales del Equipo de Orientación Escolar para evaluar los pasos a seguir y, en caso de sospechar que se trate de una situación grave, realizar, conforme a la ley, la denuncia correspondiente.
Para concluir, tenemos en cuenta lo difícil que resulta para el maestro enfrentarse a circunstancias como las que acabamos de describir. Sabemos que hasta los docentes reciben acusaciones de este tipo, si tocan a los niños o los llevan al baño.
No obstante, lo que puede hacer el maestro es estar alerta frente a la posible aparición de conductas como las que señalamos con anterioridad, con el fin principal de prevenir males peores y, en caso de que esos males ya estén presentes, con el objetivo de proteger al niño de seguir siendo violentado en su intimidad y traicionado en su confianza.

Educación Vial

POR UNA VIDA CONDUCIDA
CON MAYOR SEGURIDAD



"La educación es la base de una sociedad más justa: es en el campo de la educación donde se prefigura el futuro de los países y el bienestar de las futuras generaciones. Sólo una educación de excelente calidad para toda la población permitirá alcanzar los objetivos de justicia social, crecimiento económico y ciudadanía responsable, que guían una estrategia de desarrollo sustentable".
Doc. Base para el Proyecto de Ley de Educación Nacional




FUNDAMENTOS
Las situaciones que se plantean en la vida cotidiana, las noticias periodísticas del día a día y que vemos a menudo también frente a los establecimientos educacionales en materia de seguridad vial requieren la presentación de un proyecto para obtener su más pronta implementación en el transcurrir de la vida social de los alumnos y que "lo aprehendido" y reflexionado se transmita a los padres y familiares.
El tránsito, lejos de mantener la característica principal de ser un medio de satisfacción de necesidades, se ha tornado sumamente peligroso. No sólo pensando en los conductores, sino también en los peatones.
Por otro lado, es interesante reflexionar acerca de que las normas viales no tienen importancia si el otro no me importa. En este contexto, la ciudadanía tampoco tendría sentido, porque sólo me intereso por mí, y a veces ni siquiera pareciera importar la propia persona, la propia vida.
Es fundamental trabajar en las escuelas desde la empatía, entendida ésta como la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Hacemos mención en este sentido porque si pretendemos que un automovilista ceda el paso, indique las maniobras a realizar, como peatones también se debe respetar los semáforos, así como los conductores de colectivos deben esperar a que el pasajero suba "totalmente" al transporte antes de arrancar, etc. Es imprescindible abordar la educación vial desde este lugar.
Efectivamente, la intención de numerosos familiares por llegar a la escuela con sus niños al horario de ingreso o a retirarlos a la salida también genera situaciones que deben ser corregidas. En todo el mundo, las señales de tránsito juegan un papel fundamental a la hora de organizar el movimiento vehicular de rutas y ciudades. No es fortuito el lugar estratégico en el que se ubican. Conocerlas y respetarlas, junto con las normas de tránsito, nos ayuda a no vivir situaciones de riesgo, evitando consecuencias fatales mediante la prevención.
Tanto los peatones como los conductores son responsables de conocerlas y de respetarlas. Es probable que su formación le permita, en un futuro, ser un conductor y un peatón responsable y consciente y, en lo inmediato, "contagiar" esos valores a sus padres. Sólo formará parte de una conducta social adecuada si está educado y entrenado para ello.
Permite
• El uso apropiado del espacio público.
• Se mejoran las relaciones interpersonales de todos los usuarios en el espacio común.
• Se reconocen los límites legítimos de transitar libremente.
• Se valora el bien común por encima de los intereses personales como base fundamental que asegure la vida democrática.


OBJETIVOS
• Resaltar la importancia que la educación vial asume en los tiempos presentes, como una herramienta indiscutible a la hora de reducir las graves consecuencias que los accidentes de tránsito provocan en la sociedad moderna.
• Analizar el incremento de los accidentes de tránsito en los últimos tiempos, discutir, debatir y reflexionar al respecto con la finalidad de tomar conciencia acerca de las acciones a seguir para revertir la situación.
• Tomar conciencia de que, a diferencia de los fenómenos naturales, los accidentes de tránsito pueden evitarse y depende de nuestra conducta, al usar las herramientas adecuadas para tal fin.
• Propiciar en niños y adultos la necesidad de reflexionar acerca de que la educación vial debe transformarse en un instrumento indiscutible de transformación de las conductas y actitudes humanas.
• Promover actitudes y comportamientos positivos en el tránsito.
• Acercar los conocimientos necesarios para que los niños se desenvuelvan de manera segura en el sistema de tránsito.
• Volver a reflexionar, docentes, alumnos y padres de manera conjunta, sobre los valores que deben guiar la vida en sociedad y sobre la falta de cortesía, de autocontrol, las conductas poco solidarias, la falta de acatamiento a las normas y sus consecuencias.

Responsables
• Docentes.
• Alumnos.
• Padres.


TIEMPO
El presente proyecto puede ser abordado a lo largo de todo un cuatrimestre o extenderse, variando las actividades a lo largo de todo el ciclo lectivo.


ACTIVIDADES
• Visitar un centro de educación vial para recibir información directa; estar en contacto con las señales y aprender algunos significados.
• Gestionar una visita a la escuela de un inspector o agente de tránsito, con el fin de entrevistarlo e indagar sobre el trabajo que los mismos realizan para la prevención de accidentes.
• Realizar carteles con diferentes señales de tránsito y hacerlas formar parte de la ambientación áulica. Los mismos serán parte de variadas actividades y propuestas que les presentaremos.
• Representar diferentes situaciones de la vida cotidiana que se relacionen con problemas de tránsito. Conversar al respecto y elaborar conclusiones con posibles acciones a seguir.
• Recolectar información sobre noticias de accidentes en medios periodísticos, a fin de analizar elementos en común y establecer relaciones.
• Volcar la información recolectada en cuadros y gráficos, trabajando con nociones de estadística y probabilidad.
• Elaborar conclusiones grupales al respecto del análisis de las noticias recolectadas con propuestas que apunten a preservar la vida evitando accidentes en la vía pública.
• Organizar competencias entre cursos paralelos, implementando los diferentes juegos propuestos.
• Establecer lúdicamente relaciones entre las señales y sus significados. Emplearlas en situaciones concretas.


JUGAR A
Para este proyecto, se proponen varios juegos, los cuales serán desarrollados a los largo de los próximos números. Los dos primeros los presentamos en esta edición:
• La "lotería de tránsito"
• "Un camino seguro"
En el próximo número, haremos entrega de los siguientes juegos:
• Al "dominó vial"
• "Los guardianes del tránsito"


EVALUACIÓN
• Realizar clases abiertas, alusivas al tema, para padres y demás miembros de la comunidad educativa.
• Debatir y completar encuestas acerca de lo aprendido a lo largo del proyecto.
• Organizar con la ayuda de la familia un circuito para el patio de la escuela, con autos (que podrán ser triciclos, autitos a pedal que los niños posean, cartings, etc.), casas, simular las calles en el piso, colocar semáforos realizados con diferentes elementos y señales de tránsito; para demostrar prácticamente todos los conocimientos aprendidos, se puede organizar un recorrido con los niños más pequeños.

Extraído de la revista "El Club del Maestro de Primaria", Nº 3 del mes de Abril de 2007.

Fuentes: Base para el Proyecto de Ley de Educación Nacional
"Hacia una educación de calidad para una sociedad más justa". Portal: "Luchemos por la vida", Asociación Civil.